A mediados de los ochenta la princesa monegasca comenzó una improbable
carrera musical que dejó un gran éxito (Ouragan) y un polémico dueto
con Michael Jackson. Cuando está a punto de cumplir cincuenta años, la
recordamos.
El segundo disco que graba en Los Ángeles, titulado Stephanie, tardará
cinco años en salir a la venta (sucede en 1991) y su éxito es casi
anecdótico, pese a promocionarlo en el programa de la todopoderosa Oprah
WInfrey en Estados Unidos y presentarlo con una gira por Europa y
Latinoamérica. El cambio de rumbo hacia el rock y la electrónica se
saldan con la indiferencia del público en todo el mundo. Pero en Los Ángeles ocurre algo mucho
mejor. Un día, Michael Jackson escucha el primer disco de Estefanía de
Mónaco.
La princesa y el rey
Michael Jackson estaba inmerso en la grabación de las canciones que
conformarían Dangerous, su cuarto asalto después del histórico Bad. Una
de las canciones que se dispone a grabar, In the closet, habla de una
relación amorosa que un hombre y una mujer desean mantener en secreto.
Michael Jackson pidió a Madonna que interpretase a la mujer. Por aquel
entonces, a finales de los ochenta, los dos artistas mantenían una
extraña relación que nadie sabe si se podría calificar de amistad o de
interés mutuo por acercarse al que era la mayor superestrella del
género ajeno.
Madonna aceptó a cambio de colaborar en la letra. Pero, en plena época
de exploración sexual y escándalo (poco después publicaría Justify my
love), lo que le presentó al inocente Michael era demasiado explícito y
este lo rechazó. Con Madonna fuera de la ecuación, recordó entonces
aquel disco que había escuchado de la princesa monegasca con una voz
inocente, sensual, casi inaudible. Y decidió que era ella la apropiada.
Durante algún momento de la primavera de 1991 Estefanía creyó que su
manager le estaba gastando una broma cuando éste le dijo que Michael
Jackson quería sus coros en una canción de su nuevo disco. Llegó a Los
Ángeles una noche y se reunió con él para discutir sobre qué quería
para su canción. Grabó su parte a la mañana siguiente. Esa tarde
abandonó de nuevo la ciudad.
Su voz está acreditada en el disco como "mistery girl" (chica
misteriosa). El motivo, explicó Estefanía en una entrevista en radio
tras la muerte del artista, era que la idea original era organizar un
concurso para que los fans identificasen la voz de aquella mujer. Pero
los planes se cayeron cuando Naomi Campbell fue contratada para ser la
protagonista del vídeo. Fue universalmente asumido que la suya era la
voz del vídeo (algo incomprensible teniendo en cuenta que Naomi tiene
una voz más parecida a la de Chavela Vargas que a la de princesa).
La canción, segundo single de Dangerous, fue un éxito global, pero
Estefanía no se quedó precisamente contenta. Es probable que el fracaso
de su segundo disco y el hecho de que su colaboración con el artista
más famoso de la historia se quedase en el baúl de los secretos es lo
que le llevase a abandonar el mundo de la música ese mismo año.
No fue hasta 1993 cuando se descubrió que Estefanía era la voz de In the
closet. Michael Jackson lo confirmó en una rueda de prensa en Gstaad.
Para entonces, una carrera musical era ya un puntito en el horizonte
para Estefanía. Estefanía ya se había enamorado de su guardaespaldas,
Daniel Ducruet, y estaba dispuesta a formar una familia. ¿Su conclusión
de todo esto? La que sacó en una entrevista en Radio Mónaco en 2009
justo después de la muerte del artista fue ciertamente cómica: "Tal vez
todo esto explique por que Naomi Campbell y yo no somos grandes
amigas...".
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