Mona Lisa Mouallem
La productora y escritora de CNN, Mona Lisa Mouallem cuenta una hermosa anecdota vivida con Michael:
Soy una gran amante de la música. Como mucha otra gente del mundo, la banda sonora de mi infancia estuvo formada, en parte por discos de Michael Jackson. Mi hermano Joe y yo bailabamos Thriller durante horas en el salón. Siendo muy pequeña comprendí el talento que tenía Michael y mientras crecía veía como Michael continuaba inspirando a millones de personas en cada rincón del planeta con su inigualable música, estilo y mensaje.
Cuando la gente me pregunta cuál ha sido el mejor momento de mi vida, no lo dudo ni un segundo: fue la noche que toqué el piano para Michael Jackson.
Dejadme retroceder un poco. Michael y mi padre se hicieron amigos cuando se mudó a New York en 2001 para grabar su album, Invincible. Aunque yo estaba al tanto de las muchas controversias que rodeaban la vida de Michael Jackson, nada tuvieron que ver en los eventos en los que coincidimos mi familia y él. Mi familia tuvo la suerte de conocerle a él y a sus preciosos y adorables hijos lejos de los flashes de las cámaras y de los canticos de los fans.
Un día estabamos acabando nuestra comida casera en el apartmento de mis padres y Michael, que sabía que yo tocaba el piano desde pequeña, me pidió que tocara una pieza para él. Por supuesto, le dije que sí y por supuesto todo parecía surrealista. Me senté en el piano y pensé: ¿Qué habría que hacer para impresionar a Michael Jackson? ¿Qué podría tocar para él? Elegí una pieza de Debussy - Deux Arabesques. Fueron los cuatro minutos más largos de mi vida, el artista más famoso del mundo me escuchaba con los ojos cerrados. Cuando acabé, le miré buscando su reacción. Mi corazón daba saltos. Mis manos temblaban visiblemente. Seguía con los ojos cerrados. En silencio. Luego abrió los ojos y dijo con enorme humildad y una profunda sinceridad que todavía resuena en mis oídos. “Mona, gracias por esto. Gracias. Gracias”
Fue en ese momento cuando entendí lo único que era este hombre. Él, el "Rey del Pop", estaba sentado en el mismo salón donde mi hermano y yo bailamos con sus videos músicales de pequeños. Y aquí estaba, escuchándome tocar con la misma atención que hubiera dado a un pianista en un concierto. Mientras escuchaba, estaba jugando delicadamente con el pelo de su hija Paris, asegurándose de que ella y su hermano, Prince Michael, escucharan también.
Fue el primer gran indicio de una verdad que se reforzó con otros momentos con Michael. Con toda la fama y fortuna que llegó a amasar, con todo el poder que tenía en la industria, a fin de cuentas lo que le importaba era lo más fundamental de la vida. Era amable, cariñoso e increíblemente modesto. Adoraba a sus hijos absolutamente y tenía mucho empeño en formarles como buenas personas. Tenía un amor y un respeto tremendo por todo tipo de música, pop, rock, clasical, jazz – independientemente de quién y dónde tocaran. Y estaba realmente interesado en las vidas de los demás, y solía dar un paso atrás entregado para hacerles brillar, aunque sólo fueran cuatro minutos.
Es realmente difícil imaginar que sería de la industria musical si él no hubiera existido. Y es igualmente dificil imaginar lo que nos espera ahora que ya no está con nosotros. Pero lo que puedo decir es que el mundo nunca será el mismo sin el gran don de su voz, su musicalidad y su inequívoca presencia. Así que, en nombre de todos aquellos que te conocieron, personalmente o a través de tu increíble música: Michael, gracias. Gracias, gracias.
Gracias a mi hermano Joe por ayudarme con estos recuerdos. Todavía bailamos música de MJ en el salón.
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