sábado, 1 de octubre de 2011

In search of Neverland by: Gloria Rhoads Berlin (Parte 6)



capitulo 7.- "El cielo en la tierra"

Michael Jackson declaró su independencia cuando compró el Rancho del Valle del Sicomoro. Era tan emocionante ver a Michael estallar de pura alegría y saltar en el aire. Después me abrazó fuertemente, y la felicidad de Michael me envolvió mientras me cogía en alto y empezó a darme vueltas como a una niña. Estaba tan feliz y emocionado ante la perspectiva de vivir en el rancho, que empezó a saltar, bailar y gritar, “!Ya era hora! ¡Voy a hacer un cambio!” y lo hizo. Michael me dijo, “Tú me has encontrado el cielo en la Tierra.”

“Bueno, estoy muy contenta de que estés tan emocionado que te sientas como si estuvieras en el cielo,” le dije. “Y estoy encantada de que me hayas dado la oportunidad de encontrar tu Neverland. Te vas a encontrar como nunca antes. Harás cosas maravillosas. Esta maravillosa mansión que tu consideraste tu hogar desde el primer día en que pusiste los pies en ella, es tuya.”

Le rodeé con mis brazos y Michael me dio un abrazo y un beso.

“Sigue haciendo un buen trabajo, Gloria. Ayuda a todo el mundo que encuentres como me has ayudado a mí.” “Gracias Michael, lo haré en cuanto me den la oportunidad,” le prometí.

Michael me había dicho que había comprado el rancho con todo el amor de su corazón para que su madre y la familia lo disfrutaran y poder compartirlo con ellos. Pero él no quería que ellos supieran todavía que lo había comprado, porque todo el mundo se oponía a que se fuera de Encino a vivir tan lejos de ellos.

Finalmente, Michael les dijo a sus padres que había comprado el rancho y el trato estaba cerrado. Katherine y Joe estaban apenados por que Michael se fuera de casa. Ellos querían a su hijo y querían tenerlo cerca. Y, como la persona que le había ayudado a encontrar un nuevo hogar, sentía cierto desconsuelo debido al hecho de que sus propios padres y familia no se daban cuenta de que, no sólo era mudarse él, sino que se trasladaba con todas sus cosas a su nueva casa.

Michael no quería que sus padres sufrieran y para aliviar el dolor, decidió irse cuando ellos habían salido durante el día. El día que Michael se trasladó de la casa de Encino en Hayvenhurst, yo vi todas sus pertenencias cargadas en los camiones de mudanzas; y vi la desolación escrita en las caras de todo el mundo presente. Yo misma, estaba triste y feliz; triste de verle marcharse pero muy feliz de que pudiera tener finalmente su hogar ideal por el cual había estado luchando tan duramente.

Yo estaba llorando por el Michael Jackson a quien había querido y admirado desde su niñez. Tan feliz como estaba por él, y no podía alegrarme, porque sentía como si no pudiera volver a verle nunca más.

Michael fundó un nuevo y glorioso paraíso en Neverland donde estaba contento de estar alejado de las multitudes y del ajetreo de las ciudades, y el rancho se transformó gracias a la fuerza de la soberbia imaginación de Michael. Él creó sus propios bellos arcoíris llenos de color alrededor del lago artificial. Compró varias fuentes y puso luces de colores alrededor del perímetro del lago. Cuando hacía calor, uno podía disfrutar de todos los colores del arcoíris saliendo de sus creativas innovaciones, amarillo, azul, verde, rojo, púrpura, rosa, con los surtidores lanzando el agua hacia arriba desde el centro del centelleante lago. Bellos cisnes blancos y negros y también patos, podían verse nadar alrededor del lago.

Michael Jackson tenía gran aprecio por las cosas más bellas de la vida, lo que incluía el mundo de los grandes artistas. Él adoraba a los personajes de Disneyland porque también había sido uno de ellos. Y adquirió todos los objetos memorables, incluyendo a Mickey Mouse, y cada personaje que Disney había creado. Se hizo con una completa colección de personajes de Disney y los puso a todos en Neverland.

Cuando Michael era un niño sentía que no tenía la oportunidad de ser realmente un niño y jugar. Él vio Neverland como la oportunidad de disfrutar de la niñez que nunca tuvo. Michael montaba a caballo, se subía a los árboles y diseñó su propio Disneyland personal con un completo circo para entretener a los niños gravemente enfermos. Tenía helicópteros y un avión privado para transportar a los invitados e invitar tanto a niños enfermos como sanos cada vez

que iban al rancho. Había construido una enfermería en el rancho, especialmente para poder tratar allí a los niños enfermos. Cuando Michael fletaba autobuses para llevar a los invitados desde Los Ángeles, a menudo ponía música en vivo o alquilaba músicos para distraer a los pasajeros mientras viajaban. Michael Jackson abrazó al mundo entero con el amor que sentía por todos sus fans cuando los invitaba al interior de Neverland.
 
Michael empleó alrededor de 100 personas para ayudarle a dirigir el rancho: ayuda administrativa, amas de llaves, un cocinero y nutricionista para todos los que trabajaban allí, además de seguridad 24 horas, 7 días a la semana, en turnos de 8 horas. Yo estaba sorprendida de lo bien que Michael se había adaptado al ambiente y estaba encantada de saber que estaba aprendiendo jardinería y tareas de la granja. Pero contaba con la gran ayuda de las jirafas que estaban siempre ocupadas comiéndose las ramas altas de los árboles. Ellas podaban los árboles como expertas y mantenían Neverland con un aspecto inmaculado y elegante.
 
capitulo 8 (final).- "Una cita con el destino"
 
¿Dónde estaba yo cuando Michael Jackson murió? Estaba en el mismo supermercado Gelson donde Michael y yo solíamos encontrarnos cuando él era joven.

La última vez que había hablado con él fue en el Hotel Beverly Hilton, unos tres años antes. Michael estaba saliendo de una reunión con un grupo de hombres de negocios. Michael se acercó y me abrazó y dijo, “Hola, ¿cómo te va?” Le dije, “Estoy bien. ¿Cómo estás tú? Te veo maravilloso.”

Le pellizqué en la mejilla.

Me dijo, “Bueno, estoy en una reunión con estos señores para ir a Japón otra vez. Están planeando un festival allí y querrían que actuara.” Eso fue todo, y entonces me dijo adiós mientras corría rápidamente hacia la limo.

Esa fue la última vez que vi a Michael Jackson. Naturalmente, me preguntaba cómo lo pasaba en Neverland, pero nunca tuve la oportunidad de preguntárselo.


El día en que falleció, yo estaba comprando en Gelson y me dirigí hacia un publicista del espectáculo amigo mío. Nos paramos en la floristería y empezamos a hablar. Su madre se había mudado a una casa nueva que él le había comprado y le estaba comprando flores en Gelson. De repente recibió un mensaje de texto de alguien de UCLA. Le habían informado que Michael Jackson había fallecido. Se volvió y me contó las noticias.

Oh, me quedé tan aturdida. Casi me desmayé y empecé a caer hacia adelante. Estaba tan alterada que empecé a gritar mientras él me sujetó para que no me cayera. Entonces corrí inmediatamente al teléfono, pregunté al gerente si podía usarlo para llamar a mi hijo. Él solía jugar con los hermanos Jackson en su casa cuando eran mucho más jóvenes, y pensé que querría saberlo.

Entonces el gerente empezó a contárselo a todo el mundo en el supermercado. Compré una tarjeta y escribí una nota de pésame para la familia Jackson, compré tres grandes bouquets de flores blancas y corrí hacia la casa a dejar la tarjeta en el buzón. Había ya unos 24 fotógrafos y 20 camiones de prensa allí, esperando a los otros miembros de la familia Jackson que llegaban del Hospital de Los Ángeles.

Fue espantoso y muy desconcertante. Fue una trágica pérdida. Estuve profundamente apenada durante varias semanas, sintiendo una gran empatía por Katherine, Joe y los tres hijos de Michael. Cuando estaba en Gelson, el día, hora y minuto en que el publicista me había dicho que Michael Jackson acababa de morir, sentí como un frio dedo me golpeaba en el hombro, igual que cuando él jugaba al escondite conmigo.

En realidad, era la voz de Michael la que escuchaba. “Hola Gloria, solo vine a decirte adiós.” Es como si pudiera escuchar sus palabras y su voz en mi mente diciéndome adiós en el supermercado Gelson. Eso es lo que creí que había pasado, y sentí un helado escalofrío recorriendo mi espina dorsal. Por eso casi me desmayé. Quería explicar lo cerca que me sentía de él. Estoy tan apenada de que se haya marchado. Michael Jackson fue una persona muy importante en mi vida y verdaderamente creo que vino a decirme adiós el día que falleció.

Cuando pienso en Michael, sé que está mirando desde el cielo, donde está bailando y cantando para siempre en los arcoíris de Dios. Hay muchas historias de esperanza e inspiración jamás antes contadas que podría compartir con vosotros. Sus intenciones fueron convertir a Neverland en un paraíso para todos los niños del mundo, y su espíritu vivirá allí para siempre.

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