Joanelle Romero, su hija Sage y Michael Jackson
El 25 de Junio de 2009 estaba empaquetando mis cosas y mudándome de la casa en la que habíamos vivido durante los últimos seis años y un conocido me llamó y me dijo, Michael Jackson ha muerto, enciende la TV. Dejé caer el teléfono, encendí la televisión y allí estaba todo, me desmayé, no había nadie en casa conmigo. Me levanté y lloré y lloré y todavía estoy llorando. Se me rompió el corazón; saben, Michael era un amigo y creía en mí.
Conocía a Michael desde los 10 años, fuimos juntos a la escuela Gardner Street en Sunset Boulevard, estuvimos juntos en 6º grado. Siempre me invitaba a ir a jugar a su casa, él me columpiaba en un gran árbol y hablábamos de nuestros sueños. Dos semanas antes de que terminaran las clases, mi madre me envió a Nuevo Mexico a vivir con mi padre. Nunca pude despedirme de Michael.
Una semana antes de que Michael dejara este mundo, mi hijo y yo estábamos comprando en Nordstrom y nos acercamos a Jermaine. Le pedí que por favor dijera a Michael que necesitaba verle, que necesitaba visitarle, que era importante y le di mis nuevos números. Dios actúa de maneras misteriosas.
En 1991 lancé mi compañía de producción, llevábamos dos semanas cuando recibí una llamada de la oficina de casting de Michael, preguntando si tenía algunos bailarines Indios Americanos, porque ninguno de los que había entrevistado era apropiado. Les dije: “Tengo a los mejores bailarines de la ciudad”.
Realmente no tenía ninguno, pero fui a muchos Pow Wows (reuniones de Nativos Americanos), y reuní a treinta bailarines, una de ellos era mi preciosa hija Sage. Tenía entonces cinco años. En la oficina de Michael no tenían idea de que nos conocíamos. Para acortar la historia, el director John Landis escogió a cinco bailarines; mi hija, vestida con el Jingle Dress Dance (traje de baile propio de los Nativos Americanos), y otros cuatro bailarines de la comunidad nativa de aquí de Los Ángeles que llevé aquel día.
Michael tomó fotos de Sage durante siete horas mientras rodaba su video y usó su imagen para los ángeles pintados en su rancho de Neverland. Lo pasamos muy bien durante el rodaje. Michael, Sage y yo vimos “Willie Wonka” tres veces mientras todo el mundo esperaba en el decorado. Michael llevó a Sage y a Nancy Reagan a almorzar, me había preguntado si yo quería ir, pero decliné la invitación por razones obvias. Hay tantas historias que recordar…
Habíamos rodado la parte de los bailarines nativos en el estudio, entonces Michael leyó el guión de uno de mis videos musicales y una semana después estábamos repitiendo el rodaje de esa parte en exteriores. Gracias al entendimiento profundo de Michael, añadió mi compañía de producción y compartimos noticias en Entertainment Weekly.
Michael se convirtió en la fuerza principal en hacer que mi compañía fuera conocida en todo el mundo. Ahora es una compañía de producción ganadora de un premio y especializada en producir documentales y películas independientes sobre los Indios Americanos. El video y la canción Black or White hicieron historia en 1991.
Pude negociar para los bailarines Indios Americanos que fueran pagados por encima de ningún otro bailarín de cualquier otro video, debido al hecho de que iban tradicionalmente vestidos (el guardarropa no procedía de vestuario del oeste). Hasta hoy, son los bailarines mejor pagados de la industria del video musical. Además, este segmento fue el primer clip de bailarines Indios Americanos en un video musical sin que se tratara de un grupo musical o de un artista Nativo Americano.
En nuestra noche de apertura, en 2009, del Festival de Cine de la Nación Roja; Una Noche de Premios Tributo, le hicimos un homenaje a Michael Jackson por su video musical “Black or White”- En Cariñoso Recuerdo a Michael Jackson. Tengo muchas historias personales sobre Michael que permanecerán en mi corazón para siempre.
No voy a pasar mi vida siendo un color. Soy un Ser Humano.
Dios te bendiga, Michael.
Juntos podemos curar el mundo haciéndolo un lugar mejor.
Te queremos, Michael.
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