En el desarrollo del tema La historia de las chaquetas de tweed del fotografo Harry Benson, palevilla lo ha comparado con la anécdota de la famosa chaqueta del ascensorista.
Michael Jackson y Hector Carmona (el ascensorista)
Una noche de mayo, sobre las 2:30 de la madrugada, Hector Carmona, de 26 años, hacía su turno de noche como operador del ascensor del elegante Helmsley Palace Hotel de New York cuando uno de los huéspedes, Michael Jackson, le pidió que le hiciera una visita guiada por el hotel.
Hector acompañó a Jackson durante unas tres horas “le impresionó especialmente la Gold Room, una habitación de música con una preciosa harpa.” También le impresionó el uniorme de Carmona: “Oh, que chaqueta tan bonita. Pero deberías llevar sólo un guante. Dos son demasiados”.
Dijo que le gustaría llevar aquella chaqueta en alguno de sus conciertos, que ambos eran más o menos de la misma talla, una 35 pequeña. Al día siguiente Carmona cogió una de las que tenía de repuesto. “Acababa de salir de la lavandería. La puse bonita, con el trenzado de capitán en los hombros. Le encantó. La llevó a la Casa Blanca.”
Hector Carmona se hizo famoso después de aquello. “Le enseñé una foto mia con el Sr. Jackson a un par de chicas. Se pusieron a chillar. Decían 'Esto es lo más cerca que vamos a estar de Michael. ¡Besémosle!” La fiebre por Michael Jackson. Qué locura, eh?”
Hay otra versión de la historia que dice que Michael iba con Frank DiLeo en el ascensor y que al interesarse por la chaqueta, DiLeo sacó la chequera y le hizo una suculenta oferta a Héctor. De cualquier forma, MJ se hizo con la chaqueta y se la envió a sus sastres para que la cubrieran de letejuelas y le añadieran el resto de parafernalia.
Personalmente yo me inclino más a que los sastres le hicieron una chaqueta de ese estilo, pero no usaron la de Carmona. Sin embargo MJ sí usó la del ascensorista muchas veces, aquí por ejemplo.
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