Historias contadas por Adriana de Dinamarca, Una mujer que tenía la oportunidad de encontrarse a Michael y gastar algún tiempo con el muchas veces. Ella trabajaba en un refugio de animales en Londres en aquel entonces. Michael fue muy aficionado a animales, de la misma manera él estaba con niños, y él quiso ayudar de cualquier forma que pudiera. Él se aseguró que estas donaciones fueran privadas porque él los hacía de su corazón, no para la publicidad.
Donaciones secretas I: "Construir más espacio"
Cuando Michael y su séquito estaban saliendo del hotel, (estaban en el garaje), un pequeño perro estaba escondido debajo del coche. Michael siendo el mismo de siempre no se limitó a dejar que algunas personas cuidaran de él. Quería saber dónde iba a ser llevado el perro y lo que iba a pasar con el.
El personal del hotel sabía de nosotros y se puso en contacto con nosotros, pero no teníamos espacio para el perro. Vinieron con él de todos modos y me lo llevaron a mi casa por un par de días. Michael quería saber por que no había espacio para el perro. Le dijeron en ese momento que no teníamos espacio y no teníamos dinero para construir más. Esa fue la primera vez que nos dio dinero.
Michael hizo que nos dieran dinero para construir más y alquilar más espacio para los animales. Pensó que estaba mal que esas cosas solo dependiera de las donaciones de la gente. Pensó que el Estado daría dinero. En algunos países hay muchos perros callejeros, y se sentía tan mal por eso como por los niños.
Un año después de haber hecho esa donación que quería venir para visitarnos.
Donaciones secretas II: "un vistazo por el refugio de animales"
Cuando llegó allí la primera persona que lo recibió fui yo, estaba con dos cachorros en la rodilla. Yo estaba en el piso alimentándolos. Él no dijo hola ni nada, sólo se agachó y comenzó a hablar con ellos con esa voz tonta que utilizamos con los animales. Le tomó unos minutos antes de que él levantara la vista y dijo que lo sentía y me tendió la mano. Todavía tenía un cachorro en la mano y una botella en la otra. Él se rió cuando me lo puse abajo y nos dijo hola.
Se levantó y quiso echar un vistazo alrededor. Estaba aterrorizado sobre cuántos perros había allí, y no había muchos gatos, a veces estaba lleno de gatos, pero más o menos siempre son más perros. Y él se puso muy sentimental y dijo que quería tener todos ellos con él en su casa. Como la mayoría de la gente quería cuando llegaban allí. Y yo también, era muy difícil trabajar allí y después de tantos años yo estaba agotada.
Después de un año allí le explique cómo funcionan las cosas, nos invitó a cenar esa misma noche. En la cena se habló de cómo él podría hacer una donación cada año, y la forma en que se llevaría a cabo.(el hecho de que él estaba haciendo donaciones sin que se supiera, Cayó sobre mí para cuidar de ellos).
Donaciones secretas III: "Es peligroso reírse a veces"...
La segunda vez que nos visitó estábamos fuera de nuestra área de descanso para los perros. Es un lugar enorme vallado detrás de nuestra casa, con árboles y esas cosas. Un muy buen lugar para que los perros jueguen alrededor. Tuvimos un perro que se volvía bien loco a veces y empezó a correr. Era divertido verlo y comenzar a reír y lo mismo hizo Michael, no podía parar de verdad, y tan pronto como miró a alguien comenzó a reír aún más.
Él no se detuvo y en un momento se inclinó hacia delante y que se va golpeando la frente con la parte posterior de un banco. lo primero que se escuchó fue un ¡¡ouch!! de él, pero luego se volvió a carcajear y así lo hicimos. Tenía un dolor en el estómago al día siguiente a causa de tanto reír. Él tenía un pequeño golpe en la frente y siguió hablando de ello en la próxima vez que nos vimos. Él dijo: "Es peligroso reírse a veces".
Donaciones secretas IV: "La ultima donación que dió fué enorme"
La próxima vez que el estaba en Londres quería cumplirnos y lo hizo. Eso es cuando me preguntó si me gustaría ir a Neverland y pasar algún tiempo allí. Podría llevar a un amigo y lo hice.
Esas 2 semanas fueron lo mejor en mi vida. No por Michael, pero si por el lugar. Nunca fui una gran fan de Michael Jackson, pero lo había visto en concierto, pero no tenía ni discos de él. Y me gustaba su música, pero no de esa manera como los fans. Pero aún así era muy emocionante para estar en su casa. Es un lugar realmente increíble.
Estába tan orgulloso de su zoológico y nos mostró todo el alrededor. Se nos permitió sacar a los caballos para paseos cada vez que queríamos, nos dieron el espacio libre en el rancho. Así es como llegué a estar más cerca de él que simplemente asegurándome de que sus donaciones llegaran. No estoy afirmando que fuera una amiga suya, pero creo que me acerque lo suficiente para hacerle sentir que podía confiar en mí, aunque sólo fuera un poco. Todavía tengo algunos mensajes de texto de él.
Cuando lo conocí no tenía teléfono celular, y en los últimos años ya me enviaba mensajes. Fue muy gracioso verlo tratar de componer un mensaje de texto. Él le preguntaba a alguien "¿cómo puedo hacerle ahora? ¿Cómo puedo hacer un signo de interrogación?. ¿Cómo puedo hacer esto?. Fue tan divertido.
La última donación que hizo fue enorme y todavía están haciendo el bien sobre esto aun, y lo hará por mucho tiempo, espero salvo imprevistos.