Todo comenzó en 2003. Había querido trasladarme a Los Ángeles desde hacía mucho tiempo. Finalmente reuní valor y lo hice, para perseguir una carrera dentro de la industria cinematográfica. El cine es mi pasión.
Michael Jackson esta siempre en mi mente y pongo su música todo el tiempo. La primera vez que estuve cerca de encontrarme con él fue en 2003. Había oído hablar de los premios BET y siempre había querido asistir a uno de esos espectáculos para caminar por la alfombra roja. Ese año se celebraban en el Kodak Theatre, nunca había estado antes y había reventas pero no pude permitirme comprar una entrada. No tenía mucho dinero ese verano.
Las limusinas llegaban y todas las estrellas entraban al teatro, así que, imaginando que ya no quedaba nada por ver, me marché a casa. No tenía tv por cable y no pude verlo. Simplemente me olvidé de eso. Tenía puesto mi despertador en una emisora de FM que suele poner R&B. Steve Harvey estaba en la radio esa mañana. Cuando la alarma se puso en marcha escuché la voz de Michael. Steve seguía emitiendo un trozo de los premios de la noche anterior.
“¿Qué rayos es esto? Qué me he perdido?” Finalmente, Steve contó la aparición por sorpresa que hizo Michael en los BET Awards durante el tributo a James Brown. En el momento en que me di cuenta de lo que pasaba quise golpearme a mí mismo por no haber comprado una entrada de los reventas. De verdad que me arrepentía. Podía haber estado cerca de Michael Jackson, la persona que había estado siguiendo toda mi vida. Intenté no fastidiarme mucho tiempo a mi mismo con eso, me imaginaba que si había estado tan cerca una vez, quizás podía encontrarle otra vez de nuevo durante mi estancia en L.A. Michael no era el ermitaño que alguna gente creía que era, así que me dije a mí mismo que iba a encontrarle! Cuando iba conduciendo, decía estas palabras en alto, “voy a encontrarte Michael Jackson, dónde estás?” Esta fue mi frase durante todo el verano.
Solía mirar las web de MJ y las páginas de fans cada día. Siempre quería saber donde estaba y en qué estaba haciendo. Aunque solo fuera un simple vistazo, me haría sentir feliz y esperanzado. Recuerdo que una vez dijeron que supuestamente había sido visto en un Taco Bell usando un disfraz de Spiderman. También asistió a Las Vegas donde recibió las llaves de la ciudad.
Un día, mientras miraba las páginas web, encontré una invitación a todos los fans para asistir a la fiesta de cumpleaños en honor a Michael en el Orpheum Theatre de L.A. Estaba confirmado que Michael estaría allí. Yo estaba mal de dinero entonces pero de ninguna manera iba a perdérmelo. Los precios estaban entre 30 y 100 dólares, encontré un outlet en Santa Mónica y compré el más barato. Faltaba semanas todavía pero ya estaba entusiasmado! No había visto a Michael en persona desde el Victory Tour de 1984. Hacía ya diecinueve años, se lo pueden creer?
Llegó el 30 de agosto, día de la fiesta, y fui temprano al teatro. Se convirtió en un evento asombroso incluso antes de abrir sus puertas. Había gente de todas partes del mundo participando. Llevaban banderas de los países de los que procedían. Y también había imitadores de Michael por todos lados. Yo estaba totalmente alucinado. Grabé con mi cámara todo el tiempo olvidando que solo tenía una cinta.
Las puertas se abrieron y entramos todos. Quedaba tiempo todavía antes de comenzar el show y estuve por el vestíbulo mirando las cosas que se vendían. Allí fue donde conocí a una mujer muy amistosa que compartió algunos recuerdos conmigo. Algo hay que decir de todos los fans de Michael Jackson: Todos son muy afectuosos. Esta mujer era muy guapa y llevaba a su hija consigo. Empezamos a hablar sobre el amor que compartíamos por Michael y la magia que sentíamos a través de su música. Me dijo que había estado en Neverland no una, sino varias veces. Al principio no estaba seguro si creerla porque siempre había creído que era casi imposible entrar en Neverland, pero algo me decía que esa mujer me decía la verdad.
Se anunció en la radio que Michael daba una fiesta en Neverland el domingo, al día siguiente, y aunque era un evento privado, la ciudad entera hablaba de ello. La mujer con la que había estado hablando me dijo cómo entraba al interior de Neverland. Dijo: “Cada vez que hay algún tipo de acto, siempre voy y me quedo cerca de las puertas. Si te quedas el tiempo suficiente, ellos finalmente abren la puerta y dejan entrar a todo el mundo.” También me dijo, “Lo primero que verás será otros fans. Hay fans en las puertas constantemente. Llevan flores y posters y algunos hasta llevan regalos. Simplemente pasan el tiempo allí!” Parecía que estaba tratando de persuadirme para ir.
Encontramos nuestros asientos y empezó la fiesta. Michael entró, se sentó en el balcón y la gente se volvió loca!
Brian McNight cantó el “Cumpleaños Feliz”, Steve Harvey fue el maestro de ceremonias. Vi a Debbie Rowe en otra parte del balcón, pero me di cuenta de que no estaba sentada con Michael. Mi video cámara continuó grabando.
El cántico es un sonido que nunca olvidaré. Todavía no puedo sacarlo de mi cabeza… MICHAEL, MICHAEL, MICHAEL! Se podía escuchar su nombre afuera durante el desfile, antes de que entráramos, entre actos y cuando acabó el evento. Él siempre respondía haciendo el signo de la paz. Eso volvía a la gente más loca todavía. Nunca paraban. Siempre me pregunté cómo podía soportar esa clase de fama, pero parece que él simplemente respondía con amor.
Michael apareció en el escenario del Orpheum Theatre con ese estilo que solo él tenía. Steve Harvey le saludó. Michael llevaba un montón de guardaespaldas detrás de él. El público estaba enloquecido en ese momento. Cogí mi cámara y apunté al escenario. Todo el mundo estaba de pie y yo encontré un asiento vacío, me subí en los brazos de la butaca para poder grabar bien. No fue mucho después que Michael empezó su discurso y, para mi horror, la cinta de video se acabó. Tuve que decidir rápidamente, o borraba todo lo anterior o me perdía el discurso. Retrocedí hasta el principio y pulsé la tecla de grabar. Durante el discurso, Michael dijo que iba a hacer Neverland más accesible a los fans, que quería vernos por allí más a menudo.
Acabó el discurso y llevaron un pastel de cumpleaños gigante. Todos cantamos We Are The World y la última cosa que dijo Michael fue, “Los veo en Neverland”. Salió del escenario junto con todos los que estaban con él y todos salimos también. Me encontré de repente en la parte trasera del teatro.
Había una multitud allí afuera. Yo estaba junto a la puerta de una escalera. Después de unos minutos se abrieron las puertas y allí estaban Steve Harvey y Michael, con una mirada en su cara como de “ Guau! De donde vino toda esa gente?” Estaba muy sorprendido, empezó a dar la vuelta pero rápidamente volvió y bajó los escalones lentamente.
Yo estaba cerca de las escaleras y él estaba caminando directamente hacia mí. Mi único pensamiento era, “Oh Dios mío! Se está acercando a mí!” En ese momento todo era un caos. La gente estaba empujando y gritando, sin embargo, yo pude estirar mi mano hacia él y después de un momento, me la estrechó! Fue un ligero y cordial apretón. Sus manos eran grandes y suaves. Dos palabras cruzaron mi mente mientas nos dábamos la mano: amabilidad y paz. No puedo decir por qué, pero eso es lo que me transmitió su espíritu y su apretón de manos.
La gente se calmó y Michael y Steve subieron las escaleras y entraron. Yo me fui hasta donde se celebraba la fiesta posterior, unos bloques más allá. Allí me volví a encontrar con la misma mujer con la que había hablado en el Orpheum y todavía seguía tratando de convencerme para ir a Neverland. Me dijo algo que se me ha quedado fijado todos estos años. “Michael siempre siente lo que dice, y cuando él dijo, “Los veo en Neverland” eso fue un signo para que fueras… y tienes que ir mañana!” Me hubiera gustado saber su nombre, nunca la volví a ver.
Bailamos toda la noche y pudimos comer el pastel de cumpleaños de Michael. Incluso nos dijeron que podíamos llevarnos un trozo si queríamos. No podía creerlo, pude llevarme a casa un trozo del pastel de cumpleaños de Michael! Sé que suena tonto, pero estaba entusiasmado. Volví a mi casa de Glendale. Me eché en el suelo y miré al cielo, pensando en esa noche y en todo lo que había pasado. Me debatí toda la noche sobre si debía conducir hacia el norte al día siguiente. Estaba en otro mundo. Cuando desperté, había tomado la decisión de ir. Llené el depósito de gasolina y me puse en camino por la 101 hacia el norte desde Los Ángeles. El trayecto por la costa es hermoso, se puede ver el océano casi todo el camino. Se tardan unas dos horas hasta el rancho.
Mi amiga del teatro tenía razón, había fans en la puerta, justo como ella decía que habría. Aparqué el coche y empecé a relacionarme con la gente. Todo el mundo era muy cordial. Incluso vi a gente que estaba en la fiesta la noche anterior. Pregunté a alguno si había estado allí antes y me dijo, “No todavía!” También me dijeron que Michael no estaba allí ese día, al menos, no por el momento. Paseé por allí un poco y después de unos diez minutos alguien salió y dijo, “Ok, vamos a dejaros entrar.” No podía creerlo. Era como, “Va en serio?” Sí, iba en serio.
Todos nos juntamos y tuvimos que firmar un documento antes de poder entrar. Yo fui el primero en firmar y el que me conoce sabe que tengo que leer todo antes de firmar. Estaba en la fila y alguien detrás de mí gritó, “eh, firma ya! “ Todos nos reímos. Después nos dijeron que entráramos en los coches y abrieron las puertas. No nos estaba permitido entrar cámaras adentro (Las reglas de Michael), así que dejé mi cámara de fotos y de video con los guardas de seguridad.
Conduje adentro sin saber qué esperar. Me dijeron que siguiera el camino y dejara el coche en el aparcamiento. No se puede ver desde la puerta principal. Conduje por un largo camino y después giré hasta una pequeña colina. Allí estaba el aparcamiento. Había dos enormes autobuses aparcados ya. Al otro lado del aparcamiento estaban las verdaderas puertas de Neverland. Con una gran corona en lo alto y las palabras “Michael Jackson’s Neverland” escritas a lo largo. Las puertas estaban conectadas con dos largos muros de ladrillo. Nada más entrar había una pequeña casa y el tren. Por alguna razón, ver el tren me hizo sentir bienvenido. Todavía no lo sabía, pero el tren era para nosotros.
La pequeña caseta era un salón con uno de esos pequeños carros de helados portátiles justo en la entrada. La gente se estaba sirviendo pero yo no me sentía cómodo haciéndolo así que pregunté a uno de los trabajadores si podía tomar uno. Él dijo, “Por supuesto, es para ustedes, chicos, sírvete tú mismo.” Dentro del pequeño congelador encontré Haagen Dazs, no el helado barato al que estaba acostumbrado, y todo era gratis. Fui adentro del pequeño edificio y había uno de eso refrigeradores que se pueden ver en QuikTrip. Contenía bebidas de soda como Coca Cola, Sunkist y Welch. Me estaba volviendo loco con tantos sabores y, de nuevo, todo era gratis. Había muchos cuadros en las paredes. Recordaba haber visto la estatua del mayordomo con la bandeja. Tomé una bebida y un helado y esperé el tren.
Tardamos un rato en subir todos y mientras pregunté al chico que estaba a mi lado si era su primer viaje a Neverland y me dijo que no, era el tercero. Le pregunté después a una chica de unos 20 años si era su primera visita y dijo que era la séptima vez que iba! Empecé a pensar que quizás entrar a Neverland no era tan difícil como había pensado siempre y que Michael realmente debía ser un tipo absolutamente genial que quería compartir su generosidad con sus fans. Recordaba haber visto entrevistas en las que Michael siempre había hablado constantemente sobre su amor por sus fans. Esto simplemente confirmaba lo que había escuchado y que él siempre sentía lo que decía.
Finalmente todo el mundo subió al tren y se puso en marcha. Neverland es absolutamente hermoso! Había pequeños estanques en todo el rancho, con pájaros de verdad en ellos. Todos los árboles estaba rodeados de flores y la hierba estaba recién cortada. Se tardaban unos cuatro minutos desde la estación hasta la zona de las atracciones. Recuerdo haber visto una tienda india con estatuas de nativos americanos a su alrededor. El tren llegó a la parada y esperamos a que alguien llegara a darnos algunas instrucciones. Pero no había ninguna, la única norma era pasarlo bien. Una de las primeras cosas que vi al bajar del tren fue la máquina de palomitas. Le pregunté a un trabajador si podía coger alguna y de nuevo me dijo que me sirviera yo mismo. Me puse detrás del mostrador y empecé a servir palomitas a la gente. Me hizo sentir como si estuviera trabajando allí durante un poco tiempo.
Había muchas atracciones: coches de choque, un pulpo, carrusel, por nombrar unos pocos. Incluso había Karts, pero ese día no funcionaban. Me subí en algunas atracciones y después decidí dar un paseo y explorar. Había poesía adonde quiera que miraras y música sonando por todas partes, y realmente muy alta! No escuché ninguna canción de Michael pero sí de Janet. Los altavoces estaban escondidos entre las plantas o disimulados en forma de rocas. Encontré una pista de baloncesto con marcador. Lancé unos tiros. Desafortunadamente, el zoo estaba cerrado ese día, así que no pude ver los animales de Michael.
Entré a un edificio y descubrí que era el cine. Había un pasillo con un puesto de golosinas, igual que se ve en las películas. Estaba lleno con todas mis favoritas, Snikers, Reeese y Kit Kat. Detrás del puesto había un refrigerador lleno de bebidas de soda. Saqué mi cartera dispuesto a pagar las cosas que elegí pero dos señoras que trabajaban allí me dieron las cosas diciendo, “sin pagar, sin pagar”. Se rieron cuando me vieron sacar la cartera. En el pasillo había una gran caja de cristal conteniendo una estatua de Mickey Mouse. En la placa se podía leer: “Para Michael Jackson del equipo de Disney World”. Otra caja de cristal contenía una estatua de E.T. usando un traje de baño y llevando en la mano una maceta. Esa era de los Estudios Universal.
Decidí sentarme en el cine. Estaban poniendo videos de Michael. También los anuncios de Pepsi y la actuación de la Super Bowl. El último video que vi fue la versión completa de BAD. Una de las cosas de las que me di cuenta mientras estaba en el cine era que todo el mundo que estaba allí iba en grupos de dos o más personas. Nunca vi a un niño que no estuviera acompañado de un adulto. El cuarto de baño era muy bonito. Con baldosas negras y brillantes lavabos y wc negros también. Sé que comentar esto puede sonar extraño pero el diseño era muy bonito, de aspecto muy moderno. Sobre el wc había un poster original enmarcado de Star Wars. Jermaine dijo una vez que no había escaleras en Neverland, y yo me di cuenta de eso. Todo el espacio era accesible en silla de ruedas.
Cuando salí del cine todo el mundo estaba dirigiéndose de vuelta al tren, así que me uní a ellos y nos llevaron hasta el aparcamiento. Paré a recoger mis cámaras; todos los empleados eran muy amables. Con pocas ganas, conduje mi coche afuera de las puertas y vi al siguiente grupo de fans esperando. Mientras los pasaba, algunos de ellos me saludaron. Me sentí como si fuera uno de los Jacksons.
Con Amor para todos los fans de Michael Jackson,
Brian Rainey.