Por momentos el alma se ensombrece, y va doliendo el corazón, más allá de la piel que se niega a renunciar a la esperanza de volverte a encontrar, no sé dónde, ni cuándo, quizá en el tiempo y la eternidad, no lo sé…pero sí se porqué: “Te amo y me duele tu ausencia”
¿Qué extraño no? ¡Siempre me duele que ya no estés! Pero más me duele en un día como hoy que es tu cumpleaños y no puedo abrazarte ni regalarte lo único que puedo darte en un día tan especial para ti: Mi sonrisa en una cajita de cristal, adornada sólo con letras doradas y de moño un corazón que de cara al cielo, te mira, te sonríe y tímidamente sólo puede expresarte: “Sí, soy yo, y aquí estoy recordándote hoy y siempre!
¿Sabes? gota a gota como el agua cristalina y transparente de los mares, se discurren mis días grises sin saber de ti, sin tu presencia inolvidable y amada, me duele porque sé que te has ido… ¡Sí! Te has ido para siempre y tengo que aceptarlo así... Pero, ¿Realmente te has ido?... ¡Creo que no!, una parte tuya vive dentro de mí: Tu recuerdo, tu música y todo lo que te gustaba hacer y decir, pero sobre todo, me gusta valorar el eco de lo que fue tu ternura que quiero conservar fresca en mi memoria hasta el fin de mis días.
Estoy loca, ya lo sé, pero me sigue doliendo tu partida y sin embargo, quise hoy hacer una fiesta inmortal, aunque sólo sea de manera virtual, una fiesta donde reine la alegría, el ritmo, tu voz y tu propia sonrisa con aromas de inocencia pura, que ahora irradia fragancia de nubes, de sol, de estrellas y de cosmos infinito en tu mirada. Y yo aquí, envolviendo en un suspiro mi deleite supremo de escucharte otra vez, tu canción… ¡¡¡la mía!!!, ¿hubo alguna vez una canción más bella?, sí; quizá ahora la haya, y esa es tu murmullo silencioso al que por cierto le salieron alas.
Escogeré mil estrellas para hacerte con ellas un manto de inspiración, un ramito de luz para ponerlo en tu pelo, mientras sueñas y duermes en la cúspide de la paz inmortal, en los brazos de Dios… y segura estoy que en tus labios brillaría la blancura de tu sonrisa ingenua y seductora diciéndome: “¡¡that you spent lidiazuly outrage!!” ¿Importa acaso que me haya pasado?, ¡No Michael! Tú mismo nunca serás pasado, ¿quieres comprobarlo?
Y ahora mismo, desde donde estés, asómate a los liensos digitales donde abundan las palabras hablando tanto aún de ti, el Rey del Pop convertido en un heraldo leyenda, que en el tiempo como laurel encantado, en ícono se ha quedado, y que de moda no pasará jamás.
Pero ahora me pregunto: ¿Cómo será tu día en el cielo? ¿cantarás y bailarás ahora para los ángeles? ¿O los ángeles en coro, cantarán en huestes para ti el happy birthday to you? ¿O tal vez Billy Jean?¿o quizá seguirás divirtiéndote a tu modo aventando pastelazos en medio del escenario de risas, bromas y adoración? Hombre-niño, gran pillo seductor… ¡Cuánto te extraño! ¿Porqué tenías que haberte ido en la plena primavera de tu otoño?
Y vuelven los recuerdos hoy; tus pantalones dorados, ajustados a tu talle, tu picardía, tus pasitos de luna, tu alarde en coquetería, muñeco de risos en cascada que de noche o en alborada, que arrancaron nuestros suspiros en tentación enamorada de esos gritos ¡¡¡hee-hee no no no no nooooo AAaaaWwWwWWw!!!!!!… ¡Gritos de sensualidad extrema! Que conducen a la multitud a la adoración más extensa y suprema, aún… ¡Cuando tú ya no estás!
Perdona; pero no quiero parecer dispersa, me extasío en los recuerdos y me fragmento entera cuando te pienso en mí, para abarcarte todo, mar y tierra, cielo y luz en tu mirada que se apagó en la nada para renacer feliz, en el cáliz bendito de tu nuevo amanecer que cada día, vas dejando en mi alma, y en mi pluma, un trocito de ti, pedacitos sublimes de lo que fuiste en vida.
¡Feliz cumpleaños mi peter pan!… feliz cumpleaños, se que me escucharás, donde quiera que ahora estés.
LidiaZuly.
