Tony Buzan, escritor y consultor educativo. Defensor de técnicas como los mapas mentales y la “alfabetización mental”.
A Tony Buzan se le quiebra la voz cuando recuerda su amistad con Michael Jackson. "Estuve con él durante 10 días. Su mayor pasión no era la fama ni el dinero, era el aprendizaje, el desarrollo de la inteligencia y el genio."
Buzan de 71 años es una autoridad en el campo de la memoria y cómo usarla para maximizar nuestro potencial. Ha escrito más de 20 libros sobre este tema y es un precursor de la técnica de 'mapas mentales' donde se usan pistas visuales para disparar recuerdos. Jackson le buscó tras haber leído varios de sus bestsellers. Quería aprovechar sus formidable talento mental y enseñar a sus hijos, Prince, Paris y Blanket a tener sabiduría.
"Tenía ganas de saber '¿Qué es la genialidad? ¿Cómo se desarrolla? ¿Se puede transmitir a los hijos? Estaba muy centrado en el tema. Sus héroes eran Leonardo da Vinci, Michelangelo, Albert Einstein y Charles Darwin y Charlie Chaplin".
"Michael creía que Chaplin era el artista más creativo, sensible, receptivo y brillante. Chaplin tenía el vocabulario mas extenso aunque la mayoría de gente pensaba que no hablaba. Michael quería estudiar su genialidad."
"Michael y los niños dedicaban entre tres y cuatro horas diarias a estar conmigo. Era un tiempo amigable y tranquilo. Descubrí que Michael era un gran padre para sus hijos, muy atento a su educación, que les apoyaba en su desarrollo académico. Era amable con ellos, pero también firme. Los niños le adoraban y respetaban".
"Michael fue uno de los famosos más inteligentes e intelectuales que he conocido en mi vida. Me impresionó la forma tan concienzuda con la que había leído mi libro - había notas casi en cada página, con pensamientos adicionales y preguntas, que me fue haciendo. Dibujamos mapas mentales juntos y los chicos captaron el concepto también.
"Durante el tiempo en que estuvimos juntos, Michael también revisó su carrera conmigo y tuvimos conversaciones extremadamente intensas y excitantes, charlamos sobre su forma de ver la genialidad y la naturaleza de la genialidad… que había estudiado obviamente con intensidad a lo largo de muchos años. Sus genios 'favoritos' incluían a Leonardo da Vinci, Alexander el Grande, Thomas Edison, Charlie Chaplin, y la celebrada bailarina y coreógrafa Martha Graham. También adoraba en particular a los artistas renacentistas, de los que dijo haber recogido gran inspiración a lo largo de los años."
"Me pidió que viéramos juntos sus vídeos. Era extremadamente modesto y objetivo sobre su trabajo, todavía viéndolos como si fuesen bocetos y señalando cómo podría haber mejorado su actuación. Me gustó y me entristece que el mundo haya perdido a una de sus estrellas más brillantes"
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Articulo: La vida secreta de los hijos de Michael (publicado en la revista "Caras" 2010)
Tony Buzan, adinerado escritor y consultor educacional, conoció de cerca a la familia. Sus textos sobre el desarrollo cerebral a través de una técnica que él llama ‘mapeo mental’ le han dado atención internacional. El 2006 se encontraba dando clases en Singapur cuando recibió la llamada de su amigo el jeque Abdulla bin Hamad al-Khalifa, miembro de la familia real de Bahrein (Golfo Pérsico). “Un fan quiere hablar contigo”, le dijo Hamad. Y una voz poco familiar se escuchó a través de la línea: “Hola, soy Michael”. Hablaba en su tono natural, no con ese típico susurro que usaba en público. El cantante se deshizo en elogios y le pidió a Tony que a los niños “les enseñara cómo pensar”.
Buzan pasó una semana en el palacio que el Rey del Pop arrendó en pleno desierto. Le llamó la atención lo encariñados que estaban los niños con él: “Los veía ir y venir de su colegio internacional todos los días. Volvían felices, corriendo para abrazar a su papá”.
“Su casa se parecía a la Capilla Sixtina, con enormes impresos de pinturas de Rafael en cada pared. Michael estaba fascinado con los grandes genios, desde Alejandro El Grande hasta Charles Chaplin y Muhammad Ali, pero no se consideraba uno de ellos”. Buzan se sorprendió al descubrir que él era un padre indulgente, “no como esos que fuerzan a sus hijos a jugar ajedrez, tomar clases de danza o aprender a tocar instrumentos”. En las tardes se echaban juntos en el sofá a ver DVD. Además de los maestros antiguos del arte, en las paredes también había fotos de los hijos.
Los dos mayores “aprenden rápido como su padre”. Dice que jamás presenció pataletas ni escándalos. Cuenta que los tres niños tienen personalidades muy diferentes. Prince es “brillante, ingenioso pero serio, los profesores lo notarían en clase, seguro y rápido para responder. Paris, en contraste, “una princesa tranquila, muy independiente, contemplativa y controlada. Tiene gran presencia”. Blanket (entonces de 4 años)lo recuerda salvaje, un pequeño dínamo, siempre colgando de los muebles. Como un mini-Michael”.