7 de febrero de 1989. Michael Jackson visitó cada clase de la Escuela Elemental de Stockton, en California, a los padres de los niños de la cercana Iglesia Central United Methodist, así como a los niños ingresados en el hospital, tres semanas después de que un hombre armado, Patrick Purdy, disparara 100 veces en el patio de recreo y después se suicidara.
5 niños resultaron asesinados y 29 heridos durante el ataque. Durante las semanas siguientes los padres tuvieron miedo de enviar a sus hijos al colegio, incluso sabiendo que Purdy actuó solo, sin estar afiliado a ningún grupo o causa.
Ningún famoso dio un paso adelante para ofrecer su ayuda y apoyo después de esta horrible escena. Lo más probable es que no conocieran el suceso o, si lo conocían, se mantuvieron a un lado. Excepto, por supuesto, Michael Jackson. Unas semanas después, Diane Batres, del Programa Victim Witness de Stockton, recibió una llamada de MJJ Producciones. Michael Jackson quería visitar la escuela para ofrecer apoyo moral a los niños.
Batres comentó:
“Fue muy amable por su parte hacer esto. Trajo un camión cargado de regalos y cogió en brazos a los niños. Estaba verdaderamente preocupado y expresó su tristeza. Una de las madres llamó después de la experiencia y dijo: “Estoy encantada de haber visto esto” porque se dio cuenta por primera vez de que había lágrimas amarillas, blancas, rojas y negras. Y cada lágrima era del mismo color. Todas sentían la misma pena.”
Michael también distribuyó videos de sus últimas grabaciones a los niños y al personal de la escuela. Una de las canciones distribuida fue Man in the Mirror.
Michael acababa de volver del Bad tour, llegó para confortar a los niños supervivientes, dándoles confianza para ver el mundo de un modo más positivo después de la traumática experiencia.
Un niño de 8 años, Thahn Tran, quien había perdido a su hermano menor en la masacre, habla acerca del efecto que la visita de Jackson causó en él: “Yo no quería volver al colegio, pero Michael consiguió que volviera otra vez. Si él iba allí, debía ser seguro. Michael es mi amigo y estoy contento.” Otra estudiante, Elizabeth Pha, durante la visita de Michael dijo: “Su presencia me hizo sentir como, -Oh! guau, el mundo es seguro, y es posible soñar, y hay esperanza después de todo…”
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