Cap. 2.- El escenario
Sus fans y los compañeros lo coronaron como el rey del pop, un icono y una leyenda. Pero siendo una estrella tan grande como era, vi siempre a Michael Jackson simplemente como mi hijo. La fama de Michael no se produjo para mí hasta el momento en que me llevó al Echo Arena en Liverpool un 29 de agosto, día de su cumpleaños. El estadio entero estaba adornado con globos y pancartas que decían “Feliz Cumpleaños Michael” – para mí, fue un gesto tremendo.
Había emocionados cánticos y gritos procedentes de al menos 70.000 aficionados. Y había unos 30.000 más esperando ansiosos su atención en el exterior. Quedé sorprendida y asombrada por la multitud de personas que estaban allí por mi hijo. Realmente me impresionó. Y de alguna manera, a través de todo esto, Michael logró mantenerse conectado a la tierra. No hay duda de que mi hijo ha logrado grandes cosas en su vida, pero él siempre pretendía más. Era ambicioso. Él era un soñador.
Recuerdo algunos de los aspectos más destacados de la extraordinaria carrera de Michael. Estuvo atento a los Grammys en 1983 tras el lanzamiento de su primer álbum como solista Off The Wall. Al no recibir el reconocimiento que esperaba ese año Michael se decepcionó, sin embargo no se desanimó. Firme en su objetivo de cambiar el resultado, lo recuerdo diciendo: “El año que viene madre, van a tener que fijarse en mí”.
Al año siguiente (1984), se lanzó Thriller. Michael fue nominado para 12 premios Grammy y se trajo a casa ocho. Hoy en día, todavía tiene el récord de la mayor cantidad de Grammys ganador por un artista individual en un solo año. Cuando Michael reformó nuestra casa de Encino, construyó un estudio sobre el garaje y lo llamó Jacksons Communications Inc. (JCI). Allí, pasó incontables horas ensayando para los próximos shows.
Michael no practicaba ejercicio para mantenerse en forma cuando estaba de gira, en cambio, su ritual involucraba bailar durante varias horas todos los domingos. En un esfuerzo por desarrollar su resistencia vocal para su coreografía, Michael cantaba y bailaba en el estudio. Tenía intuición con la metodología y creía en el trabajo duro y la perseverancia. Él trataba de proporcionar una actuación energética, construida sobre una coreografía innovadora y efectos especiales en cada show, lo que los hacía únicos.
Las influencias de Michael en el baile fueron el gran Fred Astaire y el legendario James Brown. Aludió a los iconos de su tiempo como una referencia, pero al mismo tiempo estaba dispuesto a colaborar con talentos contemporáneos. La fusión de lo antiguo con lo nuevo fue la técnica responsable de muchos clásicos de Michael, aunque su enfoque en el escenario fuera progresista. El “Momento Michael” del que me siento más orgullosa fue la primera vez que hizo el moonwalk durante su interpretación en solitario de “Billie Jean” el 25 de marzo de 1983, durante Motown 25. Ensayó para el espectacular en JCI estudio encima del garaje, tratando de mantenerlo en secreto. De hecho, la primera vez que vi el moonwalk fue en el escenario, al igual que todo el mundo.
Mis canciones favoritas de Michael Jackson son; “Man in the Mirror”, y “Earth Song” lanzadas en 1988 y 1995 respectivamente. Otra de mis canciones favoritas de los Jackson Five fue “Man of War”. Me gustaba especialmente la letra: “No vallas a la guerra más, estudia la paz, porque es la paz lo que necesitamos”.
Michael amaba el encanto del teatro y luchó para incorporar presentaciones similares en sus actuaciones. Destacó por el modo en que capturaba y mantenía la atención del público, emulando el mismo talento para el espectáculo y la excelencia de su mentor Fred Astaire. Quería dar a la audiencia todo lo que tenia… y no se detuvo en la ejecución. Comenzó a llevar un guante blanco con lentejuelas a mediados de los 80. Era una de esas cosas que él pensaba que sería una buena declaración de moda.
Cuando se quemó el cuero cabelludo durante un accidente en el escenario en 1984, llevaba puesto el guante y saludó a sus admiradores mientras se lo llevaban en la camilla. El guante se hizo famoso después de eso. También empezó a usar feadoras y otro tipo de sombreros cuando salía en público para disimular y proteger su cabeza después del accidente. Eso también se convirtió en una tendencia. Al igual que cantaba y bailaba de forma natural, Michael también era capaz de escribir y componer música de la misma manera. En algunos casos, escribía una canción entera durante la noche. Muchas veces lo oía arrastrando los pies en su habitación porque la inspiración le había cogido en medio de la noche.
Michael estuvo involucrado en la composición musical de “Billie Jean” y “Don’t Stop ‘Til You Get Enough” – a menudo produciendo él mismo muchos de sus temas. Canciones como “Heal The World” y “Will You Be There” estaban entre las favoritas de Michael, porque al componerlas era capaz de transmitir su mensaje de paz y buena voluntad a sus fans. Con la ayuda de sus hermanos y hermanas en la percusión, compuso ambas canciones en casa en el JCI estudio. Le gustaba estudiar y dedicar tiempo a perfeccionar su arte.
Michael también compuso el éxito de Diana Ross de 1982 “Muscles” y la canción de su hermana Rebbie “Centipede” en 1984. También co-escribió “We Are The Word” en 1985 junto a Lionel Ritchie.
No hay comentarios :
Publicar un comentario