Michael, donde quiera que estés:
Sé que estas letras no bastan para expresar todo lo que en mis lágrimas he plasmando con mucho dolor por ti… por mí, por los dos… pero escribo serena en el regazo de tu recuerdo, tus sueños, los míos, absorbiendo la paz que dejaste en las cepas de mi corazón que a tu lado floreció en trigales de silencio, música y poemas de amor. Un amor que por ser tan lejano e inalcanzable lo vestí de cielo, le construí alas en las paredes de mi pensamiento, un mágico camino sembrado de letras y rosas, mismas que el tiempo deshojó en olvido. Mi palabra ostra en tu silencio ¿Qué más quieres que te diga si me duele tu ausencia? ¿Pero quién soy yo evitar tu partida?
Un templo construí en mi alma, jardines de inspiración, donde cantos celestiales de ángeles te ofrecí en los desvaríos de mi loca fantasía vestida de tul ilusión, rosas azules, risa de niños, la inocencia de un suspiro, la pureza de una flor, en arcos fuertes de imaginación, aquí en la soledad sedante de mi corazón, donde siempre como un ángel mensajero del cielo, enciendes todas las luces de mi vida, dulce Mike en la inmortalidad de tu propio ser. ¡Yo te busco y te encuentro dentro de mí!
Uno a uno de mis labios se escapan los suspiros, al cerrar mis ojos para pensar en ti; pensamientos blancos como palomas, surcando hacia la inmensidad de tu alma inmortal, manantiales de hidalgos sentimientos, brillando cual doradas diamantinas, o sendas de gloria en la estela de tus pasos sobre la polvareda cósmica, ¡tus huellas tras la vida surcar!. Pero ya no estás, te has marchado para siempre y yo aquí, sino soñando, sigo esperando el milagro que tú mismo me enseñaste con tu ejemplo, ¡A no rendirme jamás!
Tu vida, la mía; ¿Qué han sido sino dos gotas de agua, en la mar de la existencia, un sueño imposible de dos ríos desembocados en el mismo cauce de la rosa inmortal?, pero soñar no es imposible y tú lo sabes tan bien como lo sé yo y lo sabe Dios. Sin embargo…
Se fueron nuestros últimos años, como rieles donde juntos vimos pasar el tren de la felicidad, que deseándola tanto, la obviamos. Tú, en la dulce galanura de tus promesas, sed insaciable de tu florecida presencia yo aquí en la intimista soledad de mi esencia abrazadora, donde fui dejando día a día mis sentidas letras, algunas bañadas de profundo llanto, otras felices en el baúl, que se fue a viajar junto a ti.
Hoy en el tiempo se va una vez más otro jirón de mi anhelo, “nuestro último año”, el final total de un adiós que no será el polvo de los vencidos, conmigo se queda fresco, vivo y latente, el tierno eco de tu voz, dintel sagrado de mis más exquisitos recuerdos, se queda tu esencia de Hombre Especial, niño tierno, coloso y guerrero, mensajero de Dios, cautivo de la inocencia, refugio de un corazón, guerrero del amor verdadero, testigo y santo de la distancia, el tiempo y la eternidad, cálido puente del amor total.
te quiero hoy, en la distancia y para toda la eternidad.
autoras: LidiaZuly & Doral
(derechos reservados)
En este mundo te conocí y en este mundo te dejo partir, dormido sobre la mortaja dorada del cruel final, nuestro mudo silencio de un triste adiós. Un ascenso entre notas musicales, sin escalas, directo hacia la luz, el mundo al que tú has pertenecido desde siempre, yo me quedo en el mío: “Dolor y Reflexión: He allí mi camino”
Hasta siempre pequeño Mike.
te quiero hoy, en la distancia y para toda la eternidad.
autoras: LidiaZuly & Doral
(derechos reservados)